PARKINSON
Es otra gran alteración del sistema nervioso central asociada al envejecimiento. Ligado a las demencias de forma más que casual porque con el avance del Parkinson se produce un deterioro cognitivo que puede casar demencia, y porque las demencias, especialmente la demencia.
Es una enfermedad de origen desconocido que se debe a una alteración de los sistemas de neurotransmisión de dopamina, los cuales ocasionan una deficiencia dopaminergica. En el cerebro existe un grupo de células nerviosas encargadas de producir dopamina un neuro transmisor esencial para el control de los movimientos y el impulso nervioso. Estas neuronas se agrupan en una estructura llamada substancia, porque en los cadáveres tienen un color oscuro, que se sitúa en los ganglios basales.
Las neuronas de la substancia negra de las personas con enfermedad de Parkinson mueren antes de tiempo sin que se sustituyan por otras nuevas. Cuando desaparece el 50 o 60 % de estas células de esta zona comienzan hacerse evidentes los primeros síntomas que se manifiestan por:
- Temblores: en reposo de comienzo insidioso, que son el signo más típico de la enfermedad, aunque ni tan siquiera son definitivos de la misma. Aparece en una o varias extremidades, normalmente de la misma mitad del cuerpo. Cuando el enfermo realiza movimientos voluntarios o está durmiendo los temblores casi siempre desaparecen.
- Sacudidas involuntarias o disquinesias, se producen en la lengua, mandíbula y extremidades. Aunque no son síntomas propios de la enfermedad suelen aparecer como efectos secundarios de la medicación. Pueden iniciarse desde las fases tempranas del tratamiento, pero su incidencia aumenta con el paso del tiempo y el cambio de medicación asociado a la enfermedad.
- Rigidez muscular e hipertonía, las articulaciones están fijas y son difíciles de mover con soltura. Cualquier acción se ejecuta de forma entrecortada como si las extremidades fueran artilugios mecánicos. Se produce generalmente en las fases tardías de la enfermedad y para el paciente es muy difícil realizar tareas finas como escribir, comer, etc., suelen ser frecuentes las cefaleas.
- Postura encorvada. Causada por el rigor de la musculatura flexora. El tronco se flexiona hacia el frente, las manos se presionan y caderas y rodillas están así mismo flexionadas. es decir los pacientes de Parkinson tienden a inclinarse hacia delante adoptando esta postura. La cabeza hacia abajo y los hombros caídos, la forma de caminar también cambia: aparece dificultad para iniciar la marcha y para detenerse, es como si la persona fuese propulsado en aceleración y sin frenos.
La dificultad para iniciar movimientos, cambiar el ritmo y la dirección de los mismos se denomina HIPOCINESIA, signos que determinan en buena medida el grado de dependencia de una persona.
- Hipocinesia es la ausencia o la reducción de movimientos espontáneos. El paciente tiene grandes dificultades para que los músculos trabajen de forma conjunta y coordinada este. El abrocharse botones, vestirse, lavarse los dientes le resulta complicado, síntoma se hace más evidente al caminar.
- Bradicinesia es la lentitud de realizar un movimiento voluntario. Un paciente tarda más tiempo de lo habitual en levantarse de un sillón o simplemente mover una mano.
- Acinesia deambulación lenta, con pequeños pasos y perdida de balanceo de los brazos. Estos signos, fluctúan a lo largo del día, con mejor rendimiento hasta el mediodía.
- Bloqueo motor o congelación el paciente se queda como pegado al suelo, algo que suele ocurrir al cambiar la superficie por la que anda, al cruzar el umbral de una puerta, cambiar de dirección, bajar un escalón.
- Alteración de la marcha o inestabilidad postural aparece en las etapas tardías de la enfermedad, consecuencia de todos los síntomas anteriormente descritos, en una persona sana el hecho de caminar, ( adelantar un pie, retrasar el otro, balancear los brazos) los ajustes corporales se realizan de forma automática. En la enfermedad de contracciones y relajaciones musculares de forma casi consciente y meticulosa.
- Trastornos vegetativos (percepciones erróneas de la temperatura, hormigueo en las piernas, sofocos, exceso de salivación, dificultades para tragar, sudores, etc.)
- Problemas del sistema nervioso autónomo se ven alteradas muchas funciones corporales que las personas sanas controlan de forma automática y no consciente. La salivación de los pacientes aumento considerablemente, se producen cambios en la temperatura corporal, sudan más, aparecen dificultades para tragar por problemas en la movilidad del estómago y suele haber estreñimiento.
Tanto la hipocinesia como la bradicinesia propias de la enfermedad de Parkinson mejoran en situación de tensión emocional. Es lo que se denomina cinesia paradójica, y permite afrontar situaciones relevantes de la vida diaria cuando la persona ya se desplaza de forma lenta y cansada por el propio hogar, así como ciertas intervenciones de estimulación psicomotriz.
En general, la enfermedad de Parkinson va acompañada de fuertes trastornos en el estado de ánimo. Estos trastornos se deben, por un lado a los propios cambios químicos en el sistema nervioso central que originan la enfermedad, y por otro, a la percepción del deterioro que las personas sufren Parkinson mantienen hasta bien avanzada la enfermedad.
También las habilidades de cominicacion sufren alteraciones en la enfermedad, en este caso por alteraciones de habla y la voz, los pacientes articulan peor, tiene voz rona y el tono varia. Estos trastornos son consecuencia de la rigidez de los musculos de cara, la perdida del control motor de la laringe y el deterioro del ritmo de la respiración. Se producen disartrias, alteraciones de origen neurológico de la articulación del lenguaje, que se traducen en un lenguaje ininteligible. Debido a la rigidez y limitación de la movilidad de los musculos de la laringe, la voz se vuelve monótona y débil. Estas dificultades de magnifivan por el hecho de que, si el interloutor no entiende a la primera vez el mensaje, cada repetición ira perdiendo potencia.
Existen otra serie de síntomas vinculados con esta enfermedad son los llamados como no motores, que están relacionados con el pensamiento, el estado de ánimo y otras funciones mentales superiores.
- Depresión
Alrededor del 30 o 50 % de los enfermos de Parkinson padecen depresión. Este síntoma tan habitual puede parecer desde el principio de la enfermedad, siendo frecuente la ansiedad e irritabilidad consecuencia de las limitaciones para realizar las actividades de la vida diaria.
- Demencia
Entre el 15 al 25 % de los pacientes es posible que la desarrollen. El deterioro cognitivo es mayor entre los pacientes que comienzan a padecer la enfermedad a edades avanzadas. Por el contrario la incidencia es mucho menor en aquellas personas que han comenzado a padecer la enfermedad a edades tempranas.
- Trastornos del sueño
La depresión, temblores y los calambres despiertan al paciente, alterando su ciclo de sueño, por lo que es frecuente que durante el día presente una somnolencia excesiva.
- Otros trastornos
La lentitud del pensamiento, dificultad para pensar con claridad, hormigueo o dolor en las extremidades, calambres, fatiga, intranquilidad, disfunción olfatoria, entumecimiento y seborrea.
Se calcula actualmente que en España hay aproximadamente cien mil enfermos de Parkinson, la edad de comienzo es alrededor de los 55 años, la mayoría de los enfermos están comprendidos entre los 50 y 80 años. Es muy raro que la enfermedad se pueda iniciar en la infancia o adolescencia (parkinsonismo juvenil).
Causas relacionadas con esta enfermedad
El origen de la enfermedad no se conoce con exactitud. Lo que sí se sabe es que influyen factores genéticos ya que un porcentaje relativo de enfermos de Parkinson sus familias presentan alguna forma familiar de trastorno. Otras teorías apuntan que algunos tóxicos ambientales podrían influir en personas predispuestas.
No hay ningún proceso patológico conocido que tenga relación intrínseca con esta enfermedad, aunque la ateroesclerosis, las intoxicaciones o los traumatismos pueden producir cuadros parecidos, pero actualmente se distinguen con facilidad.
Algunas investigaciones describen una serie de factores de riesgo potenciales asociados a la enfermedad del Parkinson:
1. La utilización de agua de los pozos, granjas y la exposición a pesticidas y herbicidas pueden favorecer su aparición.
2. Zonas con industrias de aleación de acero, y, molinos de pulpa de madera.
3. Estudios realizados suelen demostrar que no hay diferencias en el sexo.
4. En la raza negra, la enfermedad de Parkinson es menos frecuente, lo que hace suponer que la melanina puede servir de protección.
5. Multitud de estudios hacen referencia entre la baja incidencia de enfermedad de Parkinson y el hecho de ser fumador, aunque no se conocen las causas, una vez que se padece la enfermedad el fumar no produce efectos terapéuticos.
Las terapias adicionales son fundamentales para que el paciente mejore los movimientos, la flexibilidad y evitar agarrotamiento; existe una serie de ejercicios para reducir la rigidez, aumentar la flexibilidad, aliviar el dolor articular, los calambres y mejorar la postura. El mantener la independencia en las tareas de la vida diaria es el objetivo en estas terapias.